Hola de nuevo, hace mucho tiempo
que no me comunico con vosotros, pero es aquí el tiempo parece que vuela. Después
de las fiestas de Navidad volvimos a la “rutina” y pongo rutina entre comillas,
porque siempre surge algo que nos saca de ella. En este mes hemos asistido a
dos bodas, una de ellas solo nos invitaron a la comida, pero la otra fue
distinta, pues se casaba uno de los jóvenes de nuestra parroquia que Carmen
(una de mis hermanas de comunidad había estado preparando), la celebración de
la misa fue muy bonita. La novia iba preciosa con un traje todo dorado al
estilo khmer. La pena es que a mí se me olvidó cargar la cámara y cuando fui
hacer fotos no pude. Antes de iniciar la misa todo el mundo en procesión fuimos
detrás de los novios y de la familia de los novios con las ofrendas que eran
frutas. Al final de la celebración según el rito khmer la pareja se arrodilla,
y los más allegados los padres, amigos más cercanos, les atan en las muñecas
hilos rojos como señal de buena suerte, y luego les dan la bendición. Nosotras
también participamos en este rito. En la tarde fuimos invitados a la comida,
ocho platos distintos, de los cuales yo no pude probar ninguno pues en la boda
de la semana anterior algo me sentó mal y estuve toda la semana mal del
estómago. Nuestras chicas del internado bailaron un baile khmer precioso y un
baile indio. Fue un día muy bonito y a los novios se les veía realmente
contentos. Este es uno de los seis o siete trajes que los novios se pusieron durante el día.
El sábado pasado tuvimos otra
visita, tres señoras inglesas que ayudan a la Iglesia de Svay Sohpon vinieron
para tener un encuentro con nuestras chicas del internado y darles una charla
de salud e higiene. La semana anterior yo tuve que tenerlas en clase juntas a
las 14 así que pasé la semana preparando una canción de bienvenida. Que no
quedó mal del todo y las señoras se fueron tan contentas.
Esta semana estamos celebrando el
nuevo año chino y el nuevo año vietnamita, que aquí se celebra mucho porque
mucha gente tiene antepasados chinos y se sienten muy orgullosos de ellos, y la
comunidad vietnamita también es bastante grande. Ya desde el jueves la gente
empezó a prepararse, muchos fueron a la pagoda a hacer sus ofrendas. Estos días
las familias se reúnen y como no lo celebran con comidas. A nosotras nos han
invitado en dos casas y además nos han traído comida a casa. La gente es muy
generosa.
Tuvimos otra celebración en casa
el cumpleaños de Ceci una de nuestras hermanas. La comida fue exquisita, con un
pollo asado que nos habían regalado el día anterior y verdura al estilo indio
cocinada por nuestra hermana Hasu.
Así que como ven la rutina de las
clases y de los trabajos la vamos llevando en medio de celebraciones y
encuentros con la gente. Yo sigo con mis clases de khmer por supuesto, pero
ahora tengo que estudiar mucho porque mi profe es muy exigente, ahora me hace
dictado cada día. Hay días que no cometo muchas faltas, pero otros días el
dictado es un desastre, tanto es así que el último día me mandó a casa porque
no me había sabido la lección (os lo podéis imaginar). Porque este khmer aunque
lo estudies a los 10 minutos ya no recuerdas ni una sola de las benditas
consonantes que suenan todas igual. Pero bueno con paciencia y buen humor, no
me desanimo, además las hermanas dicen que en tres meses he aprendido bastante.
Ese bastante son como 20 palabras y seis
o siete expresiones.
En las tardes sigo con mi reto de
dar clases de inglés a nuestras chicas del internado, preparo juegos, y me las
ingenio no sé como para que me entiendan en clase, a veces la mímica es mi
mejor arma para comunicarme.
Bueno y no tengo mucho más que
contar, que os recuerdo mucho y a todos os tengo presentes en mi oración. Un
fuerte abrazo y hasta la próxima. Os mandaría más fotos pero es que el internet está lentísimo. A ver a la próxima.