Poipet 20
de Marzo de 2015
Hola de
nuevo espero que tod@s estéis bien, me acabo de dar cuenta que ya hace casi un
mes que les escribí la última carta. Aquí los días se me van volando. En la
última carta estaba ya apunto de reincorporarme a la comunidad. Después del
viaje a Bangkok para arreglar lo de mi pasaporte volví a Poipet ahora ya sí
para quedarme definitivamente aquí, aunque todavía quedaba hacer un viaje a
Phnom Penh pues con las prisas de lo del pasaporte no me había dado tiempo a
recoger mis cosas. Así que la última semana de Febrero marché a la capital, me
fui el lunes y estuve allí hasta el viernes, así tuve tiempo de hacer las
compras necesarias y despedirme de mis amigos. El 28 de febrero ya estaba de
vuelta en Poipet.
El
lunes siguiente comencé a visitar los pueblos con el chico que trabaja con
nosotras en el scholarship, y a conocer la realidad de los chicos y chicas y de
sus familias. La verdad es que la pobreza es tremenda y algunas familias viven
en situaciones bien precarias. Para mí lo más triste es que aunque los chicos y
chicas van a la escuela aquí la educación es pésima sobre todo la escuela
pública, así que hay que pagar muchas clases extras para que los chicos puedan
aprender algo. Pero el joven que trabaja con nosotras es muy serio en su
trabajo, cada día visita a los niños en sus casas y comprueba cómo van con el
aprendizaje de la lengua y de las matemáticas, les hace leer, escribir, y les
pone ejercicios de mates. Pues lo chicos/as solo van a la escuela dos horas o
en la mañana o dos horas en la tarde, a lo máximo tres. Ya pueden imaginar lo
que pueden aprender en ese tiempo, luego en casa por supuesto no hay nadie que
les ayude con sus tareas (bueno que los profesores tampoco ponen tareas para
casa), ni que les anime al estudio. Normalmente muchos padres tampoco saben
leer o escribir, eso los que viven con sus padres, pues la mayoría vive con la
abuela o con alguna tía.
A
mí me gusta acompañarle pues aunque no puedo ni hablar mucho, ni entender mucho
es una forma para mí también de aprender, y además me permite ir conociendo la
realidad de aquí.
Esa
primera semana también aprovechamos para tener reuniones en la comunidad e
irnos organizando pues como saben Hasu ya está en India pasando sus vacaciones.
Lo
de mi pasaporte fue un lío porque al final fue imposible encontrar en Poipet o
cerca de Poipet una oficina de mensajería para mandarlo de nuevo a Bangkok y
que ellos me mandaran el pasaporte nuevo. Así que al final decidimos que lo
mejor era que yo marchara de nuevo a Bangkok. Así que el lunes pasado hice un
viaje relámpago a Bangkok. Marché el lunes por la mañana, me fui directamente a
la embajada, recogí mi pasaporte, me fui a la oficina de inmigración y las 5:00
de la tarde ya estaba de regreso en la misma casa que me había hospedado la vez
anterior. El martes temprano salí de nuevo para Poipet y las 12:45 estaba de
vuelta en casa.
Y
Ahora les cuento un poco de las otras actividades en las que estoy trabajando.
He organizado una pequeña biblioteca en uno de los salones de la Iglesia nueva,
con algunos libros que había en khmer y otros en inglés para niños, y con
juguetes que Ceci ha regalado del kínder garden. Es algo muy sencillo todavía
pero espero que con el tiempo podamos implementarla con más libros y juguetes
para los niños. Como pueden imaginar aquí los niños no tienen ni libros ni
juguetes en sus casas, ni siquiera lápices de colores. Empezamos el domingo
pasado con los más pequeños mientras está la misa, para que no anden corriendo
y molestando. Dos de las chicas del internado se hicieron cargo de ellos, la
verdad que para ser el primer día resultó muy bien. Luego entre semana yo he
puesto dos días para que los niños vengan, lunes y miércoles. El primer día fue
un poco caótico pues vienen niños desde 3, 4 años hasta de 12 años. Algunos de
los niños mayores no saben leer y escribir. Me he dado cuenta de que a todos
les fascina pintar, hacer puzles. También que necesitan mucha atención y que
cuando se la prestas son unos angelitos. El miércoles me fue muy bien pues los
dividí y puse a los pequeño y los que no saben leer en un sitio y en otro sitio
los que sí, pero a todos les puse material para pintar y puzles para hacer. No
pueden ni imaginar cómo disfrutaron. Además por ratitos los pongo a leer
conmigo y así ellos van cogiendo el hábito que no tienen, y yo también voy
practicando mi khmer. Una de las niñas “May” que es un encanto me ayuda con
ellos. Ella tiene como unos doce o trece años, es muy inteligente y le encanta
estudiar. Así ella me ayuda a leerles a los niños, a escribir sus nombres, a
organizar los libros y los juguetes y a guardarlos. Se lo pasan en grande
corrigiéndome el khmer, se ríen todo lo que pueden y un poco más cuando hablo
pues mi pronunciación es terrible. May
al fina tan querida me dice: “Sister no importa, dilo como puedas”. Con esta
actividad estoy disfrutando muchísimo, me encanta verles concentrados en lo que
están haciendo. Hay un grupito que yo les llamo los “bandoleros” porque son
tremendos, estos también los tengo en catequesis. Pero parecen corderitos,
mientras están haciendo puzles o pintando, o simplemente si los siento a mi
lado a hacer que lean un poco.
La
otra actividad es la catequesis, que es los domingos después de la misa. Tengo
un grupo de los más heterogéneo, aquí también me vienen niños desde 3 años
hasta 12, son bastante difíciles de controlar, además de que resulta difícil
también enseñar catequesis así. Pero bueno ya estoy viendo la manera de hacer
con ellos. Tengo una ayudante buenísima, que tiene una paciencia infinita
conmigo, pues ni se imaginan hasta que yo consigo decirle lo que quiero que hagamos.
Pero es lista y nos vamos entendiendo. Además a ella le gustan mucho los niños
y eso también ayuda. Aquí se pueden imaginar el esfuerzo que tengo que hacer,
pues en mi cabeza tengo claro lo que quiero enseñar pero pasar eso al khmer es
otra historia. Así que lo que hago es simplificar al máximo.
Además
esta semana he ido con Gomi a la escuela donde ella lleva el proyecto de ayuda
a los profesores, pues era la semana de exámenes para ver si realmente los
profesores enseñan o no. La verdad es que una pena comprobar lo poco que saben
los niños, aunque Gomi y el chico que trabaja para nosotras en el scholarship
dicen que ahora es mucho mejor que hace unos años. También es verdad que no
tienen costumbre de mandar tareas para casa y que luego en casa como os he
dicho antes los niños no tienen ni motivación ni quien les ayude con el
estudio. Es una labor difícil, pero yo creo que muy importante, y en este
momento realmente la educación es una prioridad en este país.
Bueno
y como siempre veo que me he enrollado un montón, eso me pasa por dejar pasar
tanto tiempo.
Después
que pase Semana Santa trataré de volver a escribir para contarles cómo ha sido.
Desde ahora os deseo una Semana Santa llena de sentido, en la que podáis
acompañar a Jesús y como dice San Ignacio Conocerle más para amarle más y
seguirle mejor.
Recibid
tod@s un fuerte abrazo. Todo mi cariño.
Cuidaros mucho os quiero Yoly